El único bien es el conocimiento, y el único mal es la ignorancia.
Heródoto
La rabia del espíritu, la música del cuerpo.
No, nuestra rabia del espíritu no es fruto de la condición de criaturas salvajes romantizadas nacidas sólo para la reyerta, para amar, cantar y bailar a 180 pulsaciones por minuto. Nuestra rabia del espíritu es consecuencia de siglos de exclusión, persecución, de negación, de ser lo que no se puede ser durante el día, pero sí las noches que al privilegio le apetece.
Pérdidas que aguardan ganancias, son caudales redoblaos. El infierno de nuestra gloria empieza a finales del siglo X en la India, desde entonces vamos con todo y con todas navegando rumbo a la alegría de vivir al compás de la música del cuerpo.